El Carbonero parece robarse todas las miradas del Clausura. Derrotó "a lo Peñarol" a Defensor en el Centenario luego de ir en desventaja 2 veces y capturó la punta de la tabla anual, algo que a principio de año parecía una utopía. Además, llegó a su décimo triunfo al hilo.
El Carbonero volvió a ganar de manera agónica. “A lo Peñarol”, como le gusta decir al hincha. Con el último aliento, en los descuentos, como sea, cuando parece que ya no queda nada más.
El equipo de Diego Aguirre tuvo en frente un rival que le planteó un gran partido. El encuentro fue peleado, luchado, friccionado. Los aurinegros no estuvieron finos, pero el gran mérito de Peñarol estuvo en que se pudo reponer en el marcador luego de estar abajo dos veces.
La explicación de que el Carbonero se haya podido llevar los 3 puntos del Centenario está en la forma en la cual encaró el segundo tiempo. Empujó, luchó y presionó a Defensor en todos los sectores del campo de juego. Con un Gastón Ramírez en gran nivel, con un Egidio Arévalo Ríos que se volvió a encontrar con su mejor socio: Orteman. Peñarol encontró el 3 a 2 con un gol en contra de Gaglianone a los 91 minutos de partido.
Cortar la sequía de títulos parecía difícil (hoy ya no lo es tanto); lograr 10 victorias en 10 fechas parecía imposible; descontarle a Nacional 11 puntos en 10 fechas parecía una utopía; ganar 3 a 2 en la hora frente a un durísimo rival como Defensor parecía complicadísimo. Parece que este Peñarol está para cosas importantes. Parece que es el Peñarol de los milagros.
quenonino - img-elpais
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